Los niños aprenden a ser autónomos a través de las oportunidades que en su vida diaria les ofrecemos, tanto en la Escuela Infantil como en casa. Disfrutan asumiendo pequeñas responsabilidades, imitando nuestras conductas adultas y adquiriendo un rol de “mayor”.
Debemos aprovechar dicha disposición, dejándoles descubrir por sí mismos de lo que son capaces, no tener prisa, darles el tiempo necesario para al menos poder intentarlo.
En la Escuela Infantil aprovechamos la disposición natural de los niños para querer hacer las cosas por sí mismos en cada rutina, pero también preparamos actividades cuyo objetivo principal es el desarrollo de dicha autonomía. Que de forma libre y natural, sin hacerlo por ellos, descubran sus posibilidades, sus capacidades reales, que experimenten, dándoles la oportunidad de equivocarse para aprender a hacerlo mejor, sin prisas, dedicándoles el tiempo y la ayuda necesaria.
No lo hagas por mí, ayúdame a hacerlo por mí mismo
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